Arqueología de la Formación del Estado
EL Caso de la cuenca norte del Titicaca
por Henry Tantaleán. 2005.
Ediciones Avqi: Lima
*Para conseguir el libro, pueden escribir a avqi@yahoo.es o llamar al teléfono (51)(1)5280377
Siempre será un evento feliz una nueva publicación de arqueología peruana. Y llama aún más al optimismo que sea un libro que ha visto la luz con una nueva editorial. Por ese lado, aplausos para Ediciones Avqi.
Ahora bien, pasemos a la presentación y al libro. Luego de los comentarios de Carlos del Águila, Rafael Vega Centeno comenzó a debatir con algunas de las ideas que Henry plantea, digamos, desde la otra orilla. Claramente Rafael tiene una lectura más abierta y ecléctica con respecto a Henry. En principio se identificó que Henry construyó su argumento en base a la dicotomía "idealistas vs materialistas", que pertenece a Lenin y que lo planteó en su "Materialismo y empiriocriticismo". El libro de Henry, que revisa primero los autores "clásicos" sobre el estado, luego a los teóricos en arqueología, para poco a poco aterrizar en el caso que quiere estudiar, va colocando a cada pensador escrutado en alguno de estos dos grandes cajones.
Obviamente el error se ve desde allí.
Por lo menos en sus primeras tres partes, el libro no discute realmente con los autores. La dicotomía leniniana no es puesta en duda y no se observan los distintos vasos comunicantes entre esas formas de pensamiento idealistas y materialistas. No solamente eso (y aunque este no sea el espacio para un comentario más extenso), el problema está en la concepción finalmente casi mecanicista que Henry construye sobre el Estado, lo cual tampoco es exclusivo del autor, y más bien ha sido un problema que ha acompañado a los marxistas desde sus inicios. ¿Qué es el estado? ¿Es una abstracción? ¿Es una forma de organización? Henry concentra sus esfuerzos en plantear que el Estado es una expresión de las relaciones sociales de producción (basándose en el famoso "Prólogo de la contribución a la crítica de la economía política" de Marx). Olvidando la otra aspa de la dialética al interior de las Formaciones Económicas y Sociales. Efectivamente, siguiendo el argumento de Marx, el Estado, como cualquier otra institución, se contruye sobre la base productiva, o mejor dicho, sobre las relaciones que conforman un modo de producción, pero solamente para regresar hacia ellas y negarlas. El Estado no existe porque sí. Pero es la expresión de un conjunto de relaciones.

Buena parte del marxismo "oficial" ha cometido ese error y no ha entrado a discutir propiamente al estado como construcción. Justamente, la división oficial de idealistas y materialistas no ha permitido a los últimos leer y criticar, incorporar críticamente la enorme producción que se ha hecho a la otra orilla de las ciencias sociales. Se termina, siguiendo el argumento, que los otros, los idealistas son los equivocados, mientras que los otros tienen una verdad poderosa: el materialismo (histórico/dialéctico). De ese modo no se entiende, y los marxistas no lo van a explicar, cómo una sociedad regulada por relaciones de parentesco pasa a una sociedad cuyas relaciones de producción están reguladas por un conjunto de normas que expresan tanto la división social al interior del grupo y que son además aceptadas consesualmente. La idea de un estado y su consecuente legitimidad ha sido algo que los marxistas oficiales (y en Latinoamérica, los arqueólogos sociales) han evitado a toda costa. Y la legitimidad se construye no solamente con los actos oficiales (regulados por la clase dominante), sino también en la cotidianidad, en los espacios domésticos. Esto, por supuesto, abre todo un campo de estudio y preguntas a la arqueología y la necesidad de hacer lo que se ha ido llamando arqueología doméstica (o, para ponernos globalizados, household archaeology).

Para terminar con este comentario, irónicamente, al concebir al estado como una consecuencia del modo de producción, se puede llegar también a esencializarlo. Aquí discrepamos y creemos que el estado es más bien un constructo social que puede movilizar, desmovilizar, etc. Es, como dirían marxistas más contemporáneos, un campo de batalla. Los estados aparecen, crecen y mueren. ¿Por qué en el área andina nos hemos preguntado más como y cuándo aparecen los estados y nunca por qué desaparecen?