lunes, diciembre 26, 2005

¿discutamos teoría?

Ok, discutamos teoría. Pero habría que plantearse algunas preguntas primero, ¿no? Sobre que vamos a discutir y todo eso.
 
Que en una primera etapa se planteen los temas, que algunos (Henry, "mamá de marx", y quiénes quieran) se animen a escribir un par de párrafos para abrir el debate y ya. Quién sabe, podría terminar en alguna mesa redonda prontamente.
 
Para los que quieran animarse a abrir algo, también pueden mandarme alguna idea al correo: roberto.bustamante@gmail.com
 
Empecemos

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Morsa:
Por fin te animaste. A ver si la gente discute realmente, porque creo que lo que más se hacia era criticar nuestras opiniones (muy subjetivas) y no los argumentos amarrados en cosas más concretas. La situación, por ejemplo, acerca de mi libro terminó en una pesadilla de frases recogidas de "lugares comunes" y arrebatos postmodernos. Por eso, tengo que pensar que hay alguna avanzadilla post-moderna en el ambiente o ¿no es asi?. Y no tengo nada contra ellos, pero me gustaría que la argumenten, pues, que yo sepa esa postura, además, de eclectica tiene un trasfondo filosófico bastante idealista. Quiza, (y espero que no sea asi) sea que algunos pensarán que ser postmoderno es mas "in" y que citar a Anthony Giddens da más cache (como alguno que en la disucion anterior hizo hablar a Marx a traves de la boca de Giddens). Yo particularmente, bucearía más adentro y no me dejaría seducir (aunque estuve a punto) por los rompecabezas post-modernos a lo "Social Theory and Archaeology" (para los que quieran bajarse este y otros libros de Shanks y/o Tilley ver: http://metamedia.stanford.edu/projects/MichaelShanks/753 ). Otra cosa que observé también fue que muchos opinaban acerca de las ideas de otros y salvo algunos casos nadie planteaba nada. Asimismo, otra grave cuestión, y quiza relacionada a lo anteriormente dicho, es que todos hablaban en abstracto, es decir sin reconocer en sus discursos alguna realidad social con lo cual parecia que todo lo dicho era adecuable a lo que fuera, siempre y cuando sonase coherente. Estos giros hermenéuticos son muy interesantes y quizá se enganchen bien con los textos postmodernos (donde nada se demuestra) pero se pierde la perspectiva de nuestro "objeto de studio" en arqueología (aqui esta la cuestion que quizá interese): unos decian que este eran los objetos directamente (desde una posición quiza "naturalista") y yo, por ejemplo, decia restos de la materialidad social (desde una psotura sociocentrista si desean). Quizá si por ahi enfocamos la cuestión podria salir algo sustanciosos para todos en un debate que espera hace tiempo. Asimismo, el objeto de conocimiento es una cuestión a debatir pues algunos todavia tiene la cuestion de las "culturas", "sistemas" o "sociedades" que no la definen bien. De este modo su cuestion ontologica se distancia de su objeto de estudio simplemente o porque no la reconocen siquiera como concepto o porque al definirla no se articula con una epistemologia coherente (ojala nadie diga que creo que la realidad se peude desgajar como se podria desprender de mi comentario anterior. Mi interes concreto aqui, es discutir categorias para el debate simplemente, ok?). Espero que podamos debatir, sin embargo, creo que sin un texto basico sobre el cual debatir esto se puede convertir en un lugar para decir las frases mejor hechas que podamos, lamentablemente sin argumentos de peso mas que las citas de los dioses que mejor nos (con)vengan:
Henry Tantaleán

Anónimo dijo...

Mejor cierra tu blog morsa estúpida

Anónimo dijo...

mira tantalean (al parecer los ascendientes de marx se han ido a evaluar unos sitios y no precisamente para poner en practica su retorica) debo decir que ese lenguaje q usas, como q no es entendible para la mayoría de los mortales, sobretodo de aquellos que viven alrededor de los sitios que estudias o has estudiado. hacerte abstruso no te hace más ni te da mas merito,al contrario, pone en evidencia tu baja autoestima y pone en evidencia la muletilla del supuesto saber que te sirve de soporte para seguir andando intelectualmente, asi no es pues. te igualas a los postmodernistas q creen q todo es ilusión y nada se podrá saber, sin tener en cuenta q el estomago cuando tiene hambre no es mera fantasía, ese hambre de la gente que vive alrededor de los sitios y q los llamados arqueologos sociales obvian en sus informes. lamentable q quieran discutir cual es el objeto de estudio de la arqueologia a estas alturas, cuando ni siquiera existe un colegio unido (y sin tramposos) que regule la protección de lo q excavamos.
Moxeque

Anónimo dijo...

amigo Tantalean asi como dices q "es imposible separar a la teoria de la metodología.....porque ambas son parte de la lógica de la investigaciónj científica lo dice...... Karl Popper", asi tambien es imposible separar la actividad intelectual d la cotidiana (habitual), porque nuestra personalidad es indivisiblemente particularizante, tratar de separar estos aspectos es avalar una doble moral, como la q noto en tu discurso.......dices q t avocas a algo concreto (para resumir), tu área de estudio por asi decirlo, claro así fail me libero de opinar sobre cosas igual o mas importantes, como las acciones destructivas d las mineras y la complicidad d los ¿arqueologos? q trabajan con ellas, d la pobreza circundante a ellas,del colegio, de las evaluaciones, del nuevo reglamento elitista, claro, asi quedo bien con mis amigos q tambien sostienen q hacen arqueologia social....Te pregunto ¿Ud. Sr. Arqueologo separa la teoria de la practica?¿Separa sus palabras de sus acciones?-------Yo creo, por lo visto hasta ahora, que sí.....cómo se llama eso......doble moral.

Roberto dijo...

Habría que hacer ciertos deslindes. En principio la teoría existe en tanto práctica teórica. La teoría no está flotando en el aire y llega al papel como por arte de magia. Es producto de un trabajo fuerte de escribir, de interpretar, de buscar una explicación lógica a lo que se observa en el proceso de investigación. Claro, en el Perú son pocos los que teorizan y habría que reflexionar si el desprecio a la teoría indica más bien cierta flojera por escribir y poner en blanco y negro lo que uno piensa sobre las sociedades que estudiamos.
Muchas veces he escuchado y debatido con varios amigos sobre que hay cosas prioritarias, que la gente alrededor de los sitios arqueológicos tiene prioridades, que el hambre agobia, etc. Frente a ello, la teorización (la acción de crear un argumento lógico y coherente sobre la realidad) me parece fundamental e indispensable. Sino, ¿qué clase de historia estamos reconstruyendo? ¿Solamente los datos duros, al mejor estilo pragmático y positivista?
La práctica pues no solo es el trabajo de campo, sino también todo lo que implica el trabajo de investigación arqueológica: desde el planteamiento de las primeras preguntas hasta la elaboración del informe y el texto final. Un texto que además, y ya es una posición personal, debería retornar o ser devuelto y discutido con el mayor público posible. Claro, si en el Perú casi nadie escribe, saltan todas las justificaciones posibles y los miedos que provoca el papel en blanco.

Ps. Quiero repetir que si bien trato de evitar la censura, no se tolerarán más ataques personales. El Sr. Tantaleán, además de ser un amigo del dueño del blog, busca permanentemente el debate abierto y franco, con nombre y apellido. ¿Seguiremos el debate protegidos en un absurdo anonimato?

Anónimo dijo...

Estimados colegas:
Muchas gracias por los comentarios, aunque debo reconocer que salvo el de Roberto los demás no son de agradecer mucho. Sin embargo, tengo que asumir que las opiniones vertidas hasta el momento se someten al rango de juicios de valor y, sobretodo, basados en el aspecto ético-moral de sus productores. Sin embargo, estuve reflexionando acerca de esto y porque sucede de esta manera y he encontrado algo positivo. Es algo que seguro ustedes suscribirán y que no hago mas que revelárselos. Para mi este debate (si continua) se ha de convertir en una simple refutación de ideas vertidas aquí y eso está bien pues así me mantengo objetivo con relación a las personas que hagan esos comentarios. De tal manera, puedo decir más sobre las ideas que sobre las personas que hayan escrito dichos comentarios. Sin embargo, he de confesarles que extrañaba los comentarios a mi original mensaje, así que a la vez de descubrir ciertas falencias e inexactitudes en sus comentarios debo agradecer el tiempo que han destinado a "destruir" mis ideas y a mi “doble moral” (haber si alguien me acalra ¿Cuál es vuestro concepto de moral y en base a que esta construida?. Según eso quiza me interese discutir el tema o no).
Que decir para empezar, pues primero que el apartado que queríamos abrir aquí estaba destinado a la discusión de teoría en arqueología con lo cual, sin soslayar algunas cuestiones allí planteadas, he de precisar que los comentarios que aquí se vierten no están en un contexto adecuado.
Sin embargo, deberé reconocer la realidad (aunque sea virtual) existente en este blog y asumiré las "criticas" aquí desarrolladas. Antes de eso, advierto que el día 28 de Enero daré una conferencia en los sábados arqueológicos (no haré propaganda pues esto llegará por los canales convenientes) así que allí me podrán encontrar para discutir cuestiones que les parezcan relevantes. Como se hablará sobre ideología y arqueología quizá podamos desviar un poco el tema hacia teoría y praxis que es lo que parece que es lo más atrayente de mi ser para mis colegas de este simpático blog (ah, morsa no te hagas hígado hombre, sabías que al abrir un blog podía pasar esto ¿o no?).
Como decía, el tema de la practica arqueológica no es ni puede estar desligado en ninguna disciplina científica y ni siquiera sucede en la vida "real" porque no se puede entender una sin la otra, algo que algunos filósofos llamarían la existencia misma. Sin embargo, este blog trata sobre una parcela del conocimiento y más aún este apartado del blog como así se anunciaba.
A pesar de ello, creo que mi praxis es una cuestión individual y en este caso no puede ser colectiva, desde que mi colectivo no aparece reflejado en los comentarios y las adjudicaciones a priori que se hacen a mi persona. Si se refieren a que mi colectivo es Javier Alcalde, Carlos del Águila o Fernando Fujita, etc, etc, pues más que colectivo y mejor aún, se tratan de amigos míos y no tengo ningún problema en reconocerlo. Es más me siento orgulloso de que ellos sean mis amigos. Ahora bien yo no sería tan iluminado, ni juez de nadie como para criticar sin conocer bien sus objetivos en la vida o sus praxis. Finalmente, aquí se trata de criticarme a mi por lo visto. Asimismo, que ellos sean mis amigos o no, no significa que yo esté en descuerdo con algunas cuestiones en su práctica y cada vez que he podido asi se los he recordado. Felizmente, este año saldrá publicado una crítica que recae en ellos también acerca de la Arqueología marxista en el Perú y que fue pronunciada en el Congreso de investigaciones arqueológicas de la PUCP (en el cd que ya se publicó de las conferencias también se puede encontrar). Asi que aquí admitir o no admitir mi “culpa” me resulta muy cristiano y, consecuentemente, no me interesa. Finalmente, la práctica no es una cosa acabada y se renueva día a día y finalmente uno se tiene que equivocar tantas veces pueda (y hablo de mi).
En consecuencia veo que partiendo de ahí, se hacen prolongaciones hacia lo que debería ser o no ser la “arqueología social”. Yo sinceramente y, siempre lo deslindo, digo que no soy “arqueólogo social” y si quieren y les fascinan las simplificaciones superficiales de la realidad, en todo caso les propongo otro cliché y preferiría ser llamado “arqueólogo marxista”. Asi pues, como ven no me autoadjudico un cliché de “arqueólogo social” que, además, no sé en que consiste. Supongo que muchos de mis "detractores" solucionan el tema de mis ideas diciéndome que no soy "arqueólogo social" o que no soy consecuente con ello. Pues que bien, así ya me hacen un favor y no tengo que cargar con ningún “karma”.
Tampoco creo, como se percibe en los comentarios, que yo sea un iluminado y nacido para cambiar el mundo. Esa (auto)conciencia de guerillero intelectual o subversivo de la realidad inmediata, quizá esté más cercana a los postmodernos y sino lean lo que para ellos significa praxis. Como yo entiendo la praxis, es hacer cosas concretas y mi libro es una de ellas, mis charlas son otra y finalmente mi praxis diaria con los que me rodean me parece lo mas inmediato y lo más primario. Esto es a un nivel empírico. Sin embargo, creo que existe otro nivel mas profundo que me gustaría que tengan en consideración y es que, siguiendo un poco a Roberto, es necesario practicar en sociedad (si me permiten, “cambiar en sociedad”) desde un conocimiento de la realidad. Quizá aquí digan algunos, ¿como nos puede decir esto el Sr. Tantaleán?. Pues se los digo desde mi propia perspectiva y que, obviamente, no es intercambiable con la postura ante la vida que quieran adoptar. Sin embargo, creo que este ha sido un grave problema en todos los programas denominados o asimilados a la “arqueología social”. Como cambiar las condiciones de vida (que tanto parece preocuparles a los suscritos a este blog) de la sociedad a la cual nos debemos e impactamos con nuestros discursos (habría que ver primero que discursos estamos creando) si no poseemos un conocimiento crítico de las situaciones históricas. Por ello, mi interés primario en analizar mi realidad inmediata, desde mi objeto de estudio: los objetos sociales. Creo que de esta manera, podremos avanzar y no merodear entre las miserias de nuestros mayores que inconscientemente han minado nuestra percepción de nuestra praxis.
Quizá mi libro o mi discurso no cambien la realidad (pues tampoco es ese su objetivo) pero por lo menos parecen inquietar a ciertos sectores que parecen haber estado convencidos de algo y eso ya me satisface momentáneamente. Finalmente, es un libro más y creo sinceramente que es un aporte en tanto sintetiza ideas y las objeta desde una postura teórica e ideológica.
Por otro lado, está el tema de cambiar al mundo y reconocer a nuestros consumidores inmediatos en la sociedad. Veo con agrado que mis amigos del blog están en permanente contacto con esa sociedad que viven al borde los sitios arqueológicos. Dicha situación me hace sospechar que deben tener un conocimiento quizá mejor que el mío de esa realidad. Entonces me gustaría tener la oportunidad de saber que piensan ellos y no lo que ustedes (los arqueólogos y traductores) piensan de ellos en relación a la arqueología. Me parece que todo esto tiene que ver subrepticiamente con esa falsa conciencia de “reivindicadores de la sociedad” (¿toda la sociedad?, ¿un segmento de ella? ¿acaso los oprimidos?). Solo una pregunta: como cambiar a esa gente sin un programa??. Y si existe ¿porqué no debatirlo?. Están invitados a hacerlo, solo digan cuando y donde.
Para terminar y para no aburrirlos, que yo escriba de una forma u otra me parece siempre respetable. Sospecho que ustedes piensan que me devano los sesos tratando de poner las palabras más rebuscadas en mi texto. Pero, por ejemplo, yo no sabía que era “abstruso” hasta que ví la palabra por primera vez en mi vida en este blog. A ese personaje que el mismo me parece abstruso, le agradezco de sobre manera por haberme enseñado algo. Por el contrario, yo no pretendo enseñar nada a nadie ni mucho menos desviar la atención sobre cosas más importantes que otras. Creo que todos y todas tenemos derecho a elegir nuestras prioridades y, quizá, mi agenda no coincida con la vuestra pero tal vez sea cuestión de elección y de programación. Quizá cuando finalmente lea mi tesis (mi prioridad uno en este momento de mi vida) pueda compartir sus experiencias. Por el momento, algo vamos haciendo con la gente en el valle de Mala. Cuando gusten podemos charlas acerca de mi praxis como arqueólogo pero sobre todo como ser humano.
Finalmente, no tengo problemas con que censuren o no, los comentarios de las personas en este blog pero eso ya no es decisión mía.
Como decía al comienzo, entiendo que no puedo pedir que la gente firme sus comentarios, quizá así se sientan más cómodos pero no creo que sea constructivo para ellos mismos desde que no tiene la capacidad para reconocerse en sus propias palabras (en este caso concreto, su propia praxis). Finalmente ¿Quién resultará ser más objetivo???
Un saludo a todos y todas:
Henry Tantaleán

Anónimo dijo...

Henry:

No puedo estar mas de acuerdo contigo. Todavia no termino de entender por que algunas personas piensan que no se puede deslindar entre ciencia y politica. Todos sabemos que la ciencia esta vinculada a la politica (lo que se hace en una repercute en la otra). Varios (y ciertamente todos mas ilustres que el usuario anonimo de mas arriba) lo han repetido hasta el cansancio. Pero, que dos cosas esten conectadas no quiere decir que no las podamos separar. Especialmente si puede resultar util, por razones metodologicas, separarlas. Ciertamente, no tenemos porque olvidar el vinculo entre la ciencia y la politica, y ciertamente, es conveniente seguir teniendolo presente, pero podemos hacerlo a un lado, ?no? (digo, con el solo afan de profundizar mas en la arqueologia). Los que quieran seguir explorando la conexion entre la arqueologia y la politica, que lo hagan. Es un tema digno de estudio, como cualquier otro, pero ni siquiera los interesados en el tema pueden negar que el tema ya esta un tanto trillado.

Como corolario, lo mismo sucede con la conexion, elevada a condicion natural, entre la arqueologia y "el peru" (por darle un nombre a esta idea tan difundida entre los arqueologos peruanos segun la cual por ser arqueologos debemos tener algun tipo de compromiso con un pais, una nacion, varias naciones, una clase social, pero nunca varias, etc.). Tal vez, a lo mejor, ya es hora de olvidarnos un poco de esta conexion (digo, al menos los que quieran). Es mas, pienso que si seguimos explorandola (la conexion) podemos salir muy mal parados. Despues de todo, mil veces la he explorado, por arriba y por abajo, y tambien por los costados, y cuanto mas la exploro, mas me reafirmo en una idea: Tal vez la arqueologia no es el medio mas eficiente de comprometerse con "el peru" (o con alguien o algo mas alla del resto de arqueologos).

Con un solidario abrazo,

La mama de marx

Anónimo dijo...

... y para una buena exposicion del problema entre ciencia y politica y la utilidad de separarlas: M.Weber El cientifico y el politico.

Anónimo dijo...

¿Y que pasó con los defensores del paradigma de la arqueología social?. Vamos pues, o es que ahora si podremos hablar de nuestro “objeto de estudio”. Yo, que me había hecho a la idea de un debate estéril.
A ese cambio de rumbo, debo agradecerle a la "mamá de marx" por sus comentarios y, como bien asume, es posible y beneficioso para "aprehender" la realidad" (lógica y racionalmente) separar ciertos cosas (en forma de conceptos) de forma quirúrgica, si nos queremos elevar (para luego bajar) de las discusiones politizantes (en el sentido de utilización y dependencia y, por ello, nada dialéctica). De hecho, creo que la arqueología como cualquier otro discurso sobreutilizado y explotado para las elites para crear historia oficial tiene mucho que ver con nuestras aprehensiones de la realidad modernas y post-modernas, en ambos casos reproducidas por los aparatos del Estado (como diria Althusser). Finalmente, algo que muchos podemos observar, es que la arqueología puede ser acomodada a las ideologías dominantes, en cuanto sirve para darle contenido a las mismas, a la par que margina discursos minoritarios, como ciertas conciencias de clases sociales minoritarias (Gramsci hablaría en este caso de la "lucha de posiciones").
Más aun, el tema de la ciencia como tal, parece habérseles escapado a los muchachos que les gusta hablar de la arqueología social para desde dentro de ella criticar a los otros (no puedo entender que se pueda reflexionar sobre algo que no se conoce, por tanto, tengo que suponer que ellos la conocen, vale decir la practican). ¿Que pasa?, ¿la arqueologia es ciencia o narrativa?. Quizá hacer “arqueología social” suponga crear mitos urbanos (pues si nos damos cuenta muchas veces solo hacemos arqueología en y para los citadinos y aquí me incluyo). Me gustaría saber realmente, cual fue el impacto del texto "La Arqueología como Ciencia Social" fuera de las aburguesadas mentes de la izquierda de entonces. Un análisis más detenido, quizá historiográfico, devele una más de las variadas intelectocracias universitarias.
Asimismo, separar sirve para contrastar (dejaré de usar la palabra dialéctica para que no digan que me repito siempre y soy abstruso o esas cosas). Parece que la gente que crítica en este blog, ni siquiera a leído a Mario Bunge. Ya pues, muchachos por lo menos en este texto básico ya se plantea que una cosa son los conceptos y otra la realidad.
Finalmente, lo absoluto no existe y como dijera Descartes (en su mayor éxtasis teológico) lo perfecto viene a ser Dios.
Al respecto del tema del “objeto de estudio”, si es que es menester debatirlo, por la critica de algún participante de este blog he caído en cuenta que es muy acertada su critica acerca de mi uso de la categoría "materialidad social", no tanto porque no crea que la arqueología estudia fácticamente “materia social” sino porque esta categoría puede restringir nuestro estudio solamente a los materiales obvios en nuestras excavaciones y a los directamente afectados por el ser humano. Y aqui para abrir el concepto hablaría más bien de "objetos sociales", con lo cual podríamos hablar de más cosas como por ejemplo, los desperdicios en los sitios arqueológicos que serían más consecuencia y desecho de la producción humana. Esto sólo para afinar un poco la categoría de “objeto de estudio” y, de paso confrontarlos con la categoría "sujeto social” que me parece interesante como forma de ampliar el individualismo postmoderno (que supone que la "agencia " puede ser relevante, como elemento central en el discurso, aunque difícil, sino imposible de definir metodológicamente (ver John Robb) en contraste a la producción social (concebidas aquí como ideas y materia, por si acaso) que históricamente a dominado la historia humana ( hasta “Lo Andino “ puede caber aquí, si desean los más particularizantes).
Bueno, ya les dejo y a ver si nos podemos a producir más que a expectar y, en concescuencia, a “no ser” (no hacer).
Hasta otra:
Henry Tantaleán

Anónimo dijo...

¿Y que pasó con los defensores del paradigma de la arqueología social?. Vamos pues, o es que ahora si podremos hablar de nuestro “objeto de estudio”. Yo, que me había hecho a la idea de un debate estéril.
A ese cambio de rumbo, debo agradecerle a la "mamá de marx" por sus comentarios y, como bien asume, es posible y beneficioso para "aprehender" la realidad" (lógica y racionalmente) separar ciertos cosas (en forma de conceptos) de forma quirúrgica, si nos queremos elevar (para luego bajar) de las discusiones politizantes (en el sentido de utilización y dependencia y, por ello, nada dialéctica). De hecho, creo que la arqueología como cualquier otro discurso sobreutilizado y explotado para las elites para crear historia oficial tiene mucho que ver con nuestras aprehensiones de la realidad modernas y post-modernas, en ambos casos reproducidas por los aparatos del Estado (como diria Althusser). Finalmente, algo que muchos podemos observar, es que la arqueología puede ser acomodada a las ideologías dominantes, en cuanto sirve para darle contenido a las mismas, a la par que margina discursos minoritarios, como ciertas conciencias de clases sociales minoritarias (Gramsci hablaría en este caso de la "lucha de posiciones").
Más aun, el tema de la ciencia como tal, parece habérseles escapado a los muchachos que les gusta hablar de la arqueología social para desde dentro de ella criticar a los otros (no puedo entender que se pueda reflexionar sobre algo que no se conoce, por tanto, tengo que suponer que ellos la conocen, vale decir la practican). ¿Que pasa?, ¿la arqueologia es ciencia o narrativa?. Quizá hacer “arqueología social” suponga crear mitos urbanos (pues si nos damos cuenta muchas veces solo hacemos arqueología en y para los citadinos y aquí me incluyo). Me gustaría saber realmente, cual fue el impacto del texto "La Arqueología como Ciencia Social" fuera de las aburguesadas mentes de la izquierda de entonces. Un análisis más detenido, quizá historiográfico, devele una más de las variadas intelectocracias universitarias.
Asimismo, separar sirve para contrastar (dejaré de usar la palabra dialéctica para que no digan que me repito siempre y soy abstruso o esas cosas). Parece que la gente que crítica en este blog, ni siquiera a leído a Mario Bunge. Ya pues, muchachos por lo menos en este texto básico ya se plantea que una cosa son los conceptos y otra la realidad.
Finalmente, lo absoluto no existe y como dijera Descartes (en su mayor éxtasis teológico) lo perfecto viene a ser Dios.
Al respecto del tema del “objeto de estudio”, si es que es menester debatirlo, por la critica de algún participante de este blog he caído en cuenta que es muy acertada su critica acerca de mi uso de la categoría "materialidad social", no tanto porque no crea que la arqueología estudia fácticamente “materia social” sino porque esta categoría puede restringir nuestro estudio solamente a los materiales obvios en nuestras excavaciones y a los directamente afectados por el ser humano. Y aqui para abrir el concepto hablaría más bien de "objetos sociales", con lo cual podríamos hablar de más cosas como por ejemplo, los desperdicios en los sitios arqueológicos que serían más consecuencia y desecho de la producción humana. Esto sólo para afinar un poco la categoría de “objeto de estudio” y, de paso confrontarlos con la categoría "sujeto social” que me parece interesante como forma de ampliar el individualismo postmoderno (que supone que la "agencia " puede ser relevante, como elemento central en el discurso, aunque difícil, sino imposible de definir metodológicamente (ver John Robb) en contraste a la producción social (concebidas aquí como ideas y materia, por si acaso) que históricamente a dominado la historia humana ( hasta “Lo Andino “ puede caber aquí, si desean los más particularizantes).
Bueno, ya les dejo y a ver si nos podemos a producir más que a expectar y, en concescuencia, a “no ser” (no hacer).
Hasta otra:
Henry Tantaleán

Anónimo dijo...

¿Y que pasó con los defensores del paradigma de la arqueología social?. Vamos pues, o es que ahora si podremos hablar de nuestro “objeto de estudio”. Yo, que me había hecho a la idea de un debate estéril.
A ese cambio de rumbo, debo agradecerle a la "mamá de marx" por sus comentarios y, como bien asume, es posible y beneficioso para "aprehender" la realidad" (lógica y racionalmente) separar ciertos cosas (en forma de conceptos) de forma quirúrgica, si nos queremos elevar (para luego bajar) de las discusiones politizantes (en el sentido de utilización y dependencia y, por ello, nada dialéctica). De hecho, creo que la arqueología como cualquier otro discurso sobreutilizado y explotado para las elites para crear historia oficial tiene mucho que ver con nuestras aprehensiones de la realidad modernas y post-modernas, en ambos casos reproducidas por los aparatos del Estado (como diria Althusser). Finalmente, algo que muchos podemos observar, es que la arqueología puede ser acomodada a las ideologías dominantes, en cuanto sirve para darle contenido a las mismas, a la par que margina discursos minoritarios, como ciertas conciencias de clases sociales minoritarias (Gramsci hablaría en este caso de la "lucha de posiciones").
Más aun, el tema de la ciencia como tal, parece habérseles escapado a los muchachos que les gusta hablar de la arqueología social para desde dentro de ella criticar a los otros (no puedo entender que se pueda reflexionar sobre algo que no se conoce, por tanto, tengo que suponer que ellos la conocen, vale decir la practican). ¿Que pasa?, ¿la arqueologia es ciencia o narrativa?. Quizá hacer “arqueología social” suponga crear mitos urbanos (pues si nos damos cuenta muchas veces solo hacemos arqueología en y para los citadinos y aquí me incluyo). Me gustaría saber realmente, cual fue el impacto del texto "La Arqueología como Ciencia Social" fuera de las aburguesadas mentes de la izquierda de entonces. Un análisis más detenido, quizá historiográfico, devele una más de las variadas intelectocracias universitarias.
Asimismo, separar sirve para contrastar (dejaré de usar la palabra dialéctica para que no digan que me repito siempre y soy abstruso o esas cosas). Parece que la gente que crítica en este blog, ni siquiera a leído a Mario Bunge. Ya pues, muchachos por lo menos en este texto básico ya se plantea que una cosa son los conceptos y otra la realidad.
Finalmente, lo absoluto no existe y como dijera Descartes (en su mayor éxtasis teológico) lo perfecto viene a ser Dios.
Al respecto del tema del “objeto de estudio”, si es que es menester debatirlo, por la critica de algún participante de este blog he caído en cuenta que es muy acertada su critica acerca de mi uso de la categoría "materialidad social", no tanto porque no crea que la arqueología estudia fácticamente “materia social” sino porque esta categoría puede restringir nuestro estudio solamente a los materiales obvios en nuestras excavaciones y a los directamente afectados por el ser humano. Y aqui para abrir el concepto hablaría más bien de "objetos sociales", con lo cual podríamos hablar de más cosas como por ejemplo, los desperdicios en los sitios arqueológicos que serían más consecuencia y desecho de la producción humana. Esto sólo para afinar un poco la categoría de “objeto de estudio” y, de paso confrontarlos con la categoría "sujeto social” que me parece interesante como forma de ampliar el individualismo postmoderno (que supone que la "agencia " puede ser relevante, como elemento central en el discurso, aunque difícil, sino imposible de definir metodológicamente (ver John Robb) en contraste a la producción social (concebidas aquí como ideas y materia, por si acaso) que históricamente a dominado la historia humana ( hasta “Lo Andino “ puede caber aquí, si desean los más particularizantes).
Bueno, ya les dejo y a ver si nos podemos a producir más que a expectar y, en concescuencia, a “no ser” (no hacer).
Hasta otra:
Henry Tantaleán

Anónimo dijo...

yo quisiera zaber de que cirve tanto floro . sean francos i digan que acen siensia por siensia i no eskrivan eze intríngulis, que para la rehalidad (ezpero que zea la misma que que yo i la mayoria vive) rezulta ser “sensu stricto vacīvus"

Roberto dijo...

hacer "ciencia por la ciencia"

eso sería, en realidad, magnífico. pero no son los tiempos aún para ello. más bien se hace ciencia (y ciencia social) para poder entender mejor lo que pasa a nuestro alrededor, las diversas complejidades del ser humano.

la realidad es solamente comprensible si tenemos las suficientes herramientas para cogerla, capturarla.

Anónimo dijo...

Estimados colegas:
Para el ultimo usuario anónimo, un par de cosas. Primero, que la realidad es una y existe y habra que tender un "floro", para usar los terminos del anónimo, para capturla de la mejor manera que puedan los seres humanos.
Segundo, la realidad querramos o no existe y no es necesario que tu la vivas para que exista, es y punto. Quizá, un esfuerzo por aprehnderla sea mejor que vivirla sin reflexion. Para ello se necesita análisis y la jerga cientiica sirve para ello, para que la relaidad sea Intersubjetiva (todos la podamos reconocer, pasando de ser subjetiva a objetiva: "todos podemos ver lo mismo") aunque la percibamos de distintas formas. Por eso el "floro" sirve para ello para tomar una instantánea de la realidad y que sea aprehensible, analizada y se pueda mejorar de acuerdo a los intereses colectivos.
Un saludo:
Henry Tantaleán