lunes, febrero 27, 2006

la arqueología en la prensa peruana: domingo 26 de febrero

yo no sé qué es lo que a los arqueólogos les gusta. si aparece una buena noticia, algo que le pasa a uno de nuestro gremio, aparecen las turbas enardecidas furibundas gritando: son los savonarola de nuestro tiempo. una nueva clase de inquisidores. dicen qué es bueno y qué es malo, quién va al cielo y quién no.

a mi no me interesa. yo sigo en mi rollo.

entonces vamos ahora con una mala noticia. ayer en el suplemento domingo de la república apareció la noticia de la destrucción de restos arqueológicos en ate. reproduzco extractos pero pongo un link para ver el artículo completo.

¿sí o no que indigna?

El daño de la barbarie   
Las Pirámides de Longueras –impresionantes restos preíncas cerca de Lima– estuvieron en pie por veinte siglos, hasta que, hace tres años, una empresa extractora de arena las borró del mapa ante la indiferencia de las autoridades. Esta es la crónica de un acto de barbarie.
Por Nilton Torres V.
En 1986, el arqueólogo Daniel Chumpitaz Llerena era jefe de campo del Proyecto Cajamarquilla, en Huachipa. Él tenía la costumbre de realizar caminatas de exploración por los alrededores y es así como llegó a la zona conocida como La Longuera, una quebrada ciega de más o menos un kilómetro de extensión, cerca del complejo Puruchuco. Chumpitaz tenía información de que ese lugar figuraba en los registros del Instituto Nacional de Cultura como zona arqueológica monumental, pero no sabía exactamente qué había allí. Hasta que lo vio con sus propios ojos. (...)
 
 
En enero del 2005, el científico regresó allí alertado por gente que hablaba ya de la destrucción de las construcciones preíncas e interesado en que se inicien trabajos formales de estudio. Burlando la vigilancia, constató la destrucción a la que estaban siendo sometidas y en marzo presentó una denuncia ante la fiscalía especializada en la preservación del patrimonio de la nación. Además, se puso al INC al tanto del tema, enviándole un oficio firmado por el entonces decano del Colegio de Arqueólogos del Perú, Francisco Iriarte Brenner. (...)
 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Morsa,

Hasta ahora nuestra especialidad ha congregado lo peor de nosotros mismos como seres humanos, lo cual se evidencia en la incapacidad de plasmar concreto, salvo vociferaciones (triste ejemplo: el COARPE).

Esperemos que la denuncia de Daniel Chumpitaz encuentre eco y sea la cachetada necesaria para cambiar el status quo. Sin embargo, me temo (y espero equivocarme) que comenzarán las imprecaciones en contra de este arqueólogo, desvirtuando su denuncia que es lo único que, finalmente, debe importar.

Freddy Gómez dijo...

Fue impresionante la desidia de las autoridades ante la destrucción de Longueras. Ojalá que los arqueólogos estén más unidos para defender nuestro patrimonio cultural.

Felicitaciones por la página.

Arturo Gómez
www.noticiashp.bitacoras.com

Anónimo dijo...

Me preocupa mucho la ceguera de Morsa... pense que seguia la frase "Salvo el contexto, todo es ilusión". La capacidad de análisis de la situación y su logrado "yo sigo con mi rollo" pues son a todas luces realmente exasperantes. Los inquisidores existen y se dedican a satanizar a quienes no comparten su visión. Los inquisidores son premiados, los inquisidores tienen el poder. El resto de pifias y reclamos vienen de quienes estamos en los objetivos de los inquisidores. La destrucción del Patrimonio Cultural es una cosa diaria en nuestro país. Una situación dramática. Pero eso cambiara con una acción en conjunto entre la población y los científicos sociales honestos. Se tiene que denunciar, claro que si y apoyare las denuncias. Pero eso no debe quedar ahi y para eso de debe estructurar un programa nacional que comprometa a los arqueólogos a trabajar a niveles de los colegios y las autoridades locales. Es un primer paso. Luego el gremio es el llamado a coordinar estas acciones. Pero con una actual junta ilegal, usurpadora y que actua bajos sus propios intereses políticos y personales, eso es imposible. Un saludo.